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Con la llegada del verano son muchas las personas que se dan cuenta de los excesos cometidos durante gran parte del año y que han causado estragos en su aspecto físico. Para contrarrestar estos efectos, es fundamental llevar un estilo de vida saludable, basado en el ejercicio físico y en una dieta equilibrada. No obstante, existen otros factores que tienen una relación directa con el peso corporal y uno de ellos es el metabolismo basal.
El metabolismo basal es la cantidad de energía que consume el organismo durante todo el día para poder cumplir sus funciones básicas vitales, incluso cuando se encuentra en reposo. En este caso, no se tiene en cuenta ningún tipo de ejercicio físico. Ya que el metabolismo basal únicamente hace referencia a la cantidad de calorías que requiere el cuerpo para respirar, regenerar los tejidos, digerir los alimentos, etc. En resumen, el metabolismo basal es la cantidad de energía que necesita el organismo para vivir.
Por otro lado, es relevante mencionar que el metabolismo basal representa en torno al 60-70% del gasto energético diario del organismo. Es decir, este porcentaje hace referencia al total de calorías quema el organismo al realizar sus funciones básicas como respirar, hacer la digestión o dormir.
Para poder encontrar un equilibrio adecuado en el organismo, se deben ingerir las mismas calorías que consume el cuerpo durante el día. Pero la clave está en conocer las calorías que se necesitan diariamente, sobre todo si se busca mantener un peso saludable.
Lo primero que se debe tener en cuenta cuando hacemos referencia al metabolismo basal es que este se encuentra ligado directamente a la cantidad de tejido muscular del organismo. A mayor cantidad de músculo, mayor será el metabolismo basal y, por lo tanto, mayor será la cantidad de energía que es consumida diariamente.
Por otro lado, es muy importante que las personas que desean perder peso consideren la relación que existe entre el metabolismo basal y el tejido muscular. Ya que algunas dietas muy restrictivas pueden ocasionar una pérdida muscular, debido a que el cuerpo podría experimentar una carencia de energía.
No todos los organismos funcionan de la misma forma. Ya que en el metabolismo intervienen diferentes factores, como es el caso de la edad, la genética o el sexo. Cada uno de estos factores influyen en gran medida en el proceso de quema de calorías. Por ejemplo, durante la infancia el metabolismo se encuentra muy activo, pero se estabiliza entre los 30 y 40 años y a partir de este rango de edades comienza a decaer progresivamente.
Asimismo, también influyen en las funciones metabólicas el porcentaje de grasa corporal (BFP) y de masa muscular. Cuanta mayor cantidad de músculo se tenga, se tendrá un mayor metabolismo basal. Incluso, este metabolismo también se puede ver influenciado por la temperatura, las enfermedades o el estrés.
La Tasa Metabólica Basal (TMB) es el índice que se encarga de determinar las necesidades energéticas mínimas de una persona para el buen funcionamiento del organismo. Para entender mejor su concepto, es necesario remitirse a la cantidad diaria de energía en Kcal que una persona necesita en reposo físico completo, para que su organismo pueda llevar a cabo sus funciones básicas como moverse, dormir, alimentarse…
Existen diferentes fórmulas para calcular el TMB, aunque una de las más habituales es recurrir a la fórmula que fue descrita en 1919 por Harris Benedict, y que en 1990 fue revisada por Mifflin y St Jeor. Esta es la siguiente:
El Índice de Masa Corporal (IMC) es una cifra que se calcula con base al peso y a la estatura de la persona. Este es uno de los indicadores más confiables que reflejan el estado nutricional de una persona.
Aunque no mide la grasa corporal de una manera directa, existe una correlación con mediciones directas en la grasa corporal. Además, se trata de una herramienta para detectar la obesidad en personas adultas, si bien es cierto que debe utilizarse de forma complementaria a otras pruebas diagnósticas.
Existen diferentes formas para lograr aumentar el metabolismo basal. La primera de ellas es la de realizar ejercicio físico de forma habitual. Ya que la actividad física contribuye a la pérdida de calorías y también a elevar este metabolismo. Para lograr este objetivo, es recomendable realizar una actividad moderada, como caminar de forma activa entre 30 y 60 minutos al día.
Asimismo, también es muy importante la alimentación. Cuando el organismo se somete a una dieta que es pobre en calorías o de ayuno de forma prolongada, este se pondrá en estado de alerta, y esto hará que se ralentice el metabolismo y se creen depósitos de energía, casi siempre en forma de grasa. Debido a esto el metabolismo basal podría disminuir, provocando a su vez un aumento de peso.
Como hemos mencionado previamente, la clave para mantener un metabolismo basal saludable es realizar ejercicio físico y adoptar una dieta equilibrada. De esta forma no solamente logras mejorar la salud de tu organismo, también podrás mejorar tu estilo de vida.
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