Nuestro blog
08 de junio de 2021
La epistaxis conocida comúnmente como hemorragia nasal o sangrado de nariz, consiste en el sangrado abundante o leve de los vasos sanguíneos encargados de la irrigación de las fosas nasales, ya sea por la cavidad nasal o el área nasofaríngea.
En algunos casos, cuando sangra la nariz puede parecer una hemorragia nasal inofensiva, pero si se repite es necesario realizar un diagnóstico de exclusión y consultar con un otorrinolaringólogo.
Este diagnóstico es importante, ya que permite detectar enfermedades que pueden ser graves, como traumatismos, infecciones o neoplasias, que pueden ocultarse detrás del síntoma y que a su vez requieran de un tratamiento específico.
El diagnóstico de hemorragias nasales, siempre debe ser realizado por un médico especialista. Este diagnóstico se realiza sobre la base de diferentes cuestiones; preguntas concretas, la revisión del historial médico anterior, los detalles de los síntomas actuales y la realización de una rinoscopia.
Sin embargo, para poder establecer la causa de la patología, el médico puede prescribir varios métodos de investigación adicionales:
Los tipos de sangrado de nariz se distinguen de acuerdo al área donde se originan:
Se refiere a la hemorragia nasal que se origina en la parte anterior (frontal) de la nariz. La mayoría de las veces, se originan en el plexo de Kiesselbach, que es una red vascular que se encuentra en el tabique nasal, ya que estas arterias pueden traumatizarse fácilmente. Es el tipo más común de hemorragia nasal y generalmente afecta una fosa nasal.
Se refiere al sangrado de la cavidad nasal posterior o superior. Muy a menudo, se origina en el plexo Woodruff, que es una red vascular que se encuentra en la pared lateral de la cavidad nasal. Suele afectar a ambas fosas nasales.
Las causas del sangrado de nariz pueden ser locales. Cuando se encuentran en el área de la nariz y los senos paranasales o pueden ser sistémicas. Es decir, como síntoma de una enfermedad o como efecto secundario de la medicación o una fase del desarrollo físico.
A menudo, hurgarse la nariz es suficiente para desgarrar los vasos sensibles y desencadenar hemorragias nasales. Esto puede ocurrir cuando una membrana mucosa nasal está previamente dañada por situaciones comunes; por ejemplo a causa de habitaciones sobrecalentadas en invierno, aire acondicionado en verano o alergias.
Otra causa local de la hemorragia nasal, pueden desencadenarse por influencias externas, como un golpe o una caída. Objetos o cuerpos extraños dentro de la cavidad nasal también pueden causar hemorragias nasales a través de una lesión en la mucosa nasal.
Los cambios en el tabique nasal, como la acumulación de pus (absceso) o pequeños desgarros o agujeros en el tabique (perforación), también pueden provocar hemorragias de diversos grados.
Las hemorragias nasales a veces pueden aparecer como un síntoma acompañante o un presagio de una enfermedad grave. Los llamados desencadenantes sistémicos de las hemorragias nasales incluyen sobre todo enfermedades renales y vasculares como la presión arterial alta (hipertensión) y la arteriosclerosis.
Pero incluso con infecciones febriles como gripe o sarampión, hay un aumento del flujo sanguíneo a las membranas mucosas; esto puede generar un sangrado más frecuente. También puede ocurrir si la membrana mucosa nasal está inflamada como resultado de resfriados y alergias.
Las personas con hemofilia, leucemia, una disfunción congénita de las plaquetas sanguíneas o la enfermedad vascular hereditaria rara de Osler, también son propensas a hemorragias nasales.
De acuerdo al diagnóstico realizado, el médico puede iniciar la terapia adecuada.
Si hay una enfermedad grave detrás de las hemorragias nasales repetidas, se tratará esa enfermedad de forma adecuada para que los síntomas del sangrado también desaparezcan.
Si las causas por las que sangra la nariz son procesos atróficos de la mucosa nasal, el otorrinolaringólogo puede sugerir métodos de tratamiento que incluyen fisioterapia, el uso de ungüentos, y/o soluciones nasales. En caso de que estos métodos no dieran los resultados esperados, es posible que se opte por el tratamiento quirúrgico.
En el caso del tratamiento de la rinitis infecciosa y la sinusitis crónica, como causa del sangrado de la nariz, el otorrinolaringólogo prescribirá un tratamiento antibacteriano o antiviral, según el patógeno y las características individuales del organismo.
Cuando existe un sangrado frecuente y se determina la causa en anomalías vasculares nasales, se recomienda hospitalización para tratamiento quirúrgico, (cauterización de los vasos en la cavidad nasal) en combinación con terapia con antibióticos para excluir complicaciones infecciosas.
Si la causa de la hemorragia nasal es rinitis alérgica, se determina el agente alérgeno y se evita todo contacto con él (corrección de la dieta, limpieza húmeda de la habitación, etc.). Se usan antihistamínicos y, si es necesario, se usa terapia hormonal.
En caso de un sangrado de nariz frecuente provocado por un aumento de la presión arterial, es necesario consultar a un cardiólogo para corregir la terapia antihipertensiva (cambiar la dosis o el fármaco para bajar la presión arterial).
Un modelo pedagógico propio e innovador que te garantiza tu éxito
Excelencia Académica
Tecnología Multiplataforma
Formación flexible
Soporte Académico
Becas y Financiación
Formación Acreditada